Publicación Oficial de la Sociedad Ecuatoriana de Neurología, de la Liga Ecuatoriana Contra la Epilepsia y de la Sociedad Iberoamericana de Enfermedad Cerebrovascular
 

Artículo original

Neuroprotección no Farmacológica en el Manejo de Pacientes con Ictus Agudo

Autor: Oscar H. Del Brutto

Rev. Ecuat. Neurol. VOL 12 Nº 3, 2003
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    Resumen

    El ictus es una de las principales causas de muerte e invalidez a nivel mundial [1,2]. A pesar de avances importantes en su manejo, el pronóstico de la mayoría de los pacientes con ictus es sombrío, ya que aproximadamente la tercera parte de éstos fallecen durante la fase aguda de la enfermedad y más de la mitad de los sobrevivientes quedan con secuelas discapacitantes. La introducción del concepto de penumbra isquémica cambió, en esta última década, la actitud nihilística que se tenía hacia los pacientes con ictus isquémico. Ahora se sabe que luego de una oclusión arterial existe un área de tejido cerebral funcionalmente inerte pero estructuralmente íntegro, que puede recuperarse si se actúa a tiempo y se toman medidas destinadas a mejorar su perfusión sanguínea. De hecho, el único tratamiento específico aceptado para el manejo del ictus isquémico es la trombolisis mediante el uso de activador tisular de plasminógeno activado (rTPA), el cual reduce el daño tisular luego de un infarto al favorecer la reperfusión del tejido afectado [3,4]. La principal restricción de la trombolisis es la pequeña ventana terapéutica—3 a 6 horas luego de una oclusión arterial—en la que es eficaz. Esto limita considerablemente su uso, aún en centros especializados en el manejo de pacientes con ictus. Por lo tanto, la pronta iniciación de medidas que amplien esta ventana terapéutica favorecería a un número importante de pacientes hasta que se aplique el rTPA o hasta que ocurra una trombolisis espontánea. Si bien un gran número de estudios clínicos y experimentales sugieren que ciertas drogas reducen el daño neuronal en la penumbra isquémica, la eficacia de la neuroprotección farmacológica aún no ha sido demostrada en forma contundente (Tabla 1). Aunque esto no significa que no exista una droga neuroprotectora ideal, la evidencia sugiere que la aplicación de otro tipo de medidas, denominadas en conjunto “neuroprotección no farmacológica”, pueden reducir el daño cerebral mediado por la isquemia y ampliar dicha “ventana de oportunidad” [5]. A continuacion revisaremos la fisiopatología de la isquemia cerebral y la evidencia que existe sobre la utilidad de la neuroprotección no farmacológica en pacientes con ictus isquémico.

    Palabras clave: Ictus,


    Summary

     
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