Artículo original
Problemas en el Diagnóstico de la Demencia Vascular
Autor: Oscar H. Del BruttoRev. Ecuat. Neurol. VOL 8 Nº 1-2, 1999
El término demencia vascular implica que una enfermedad vascular cerebral (EVC), sea isquémica, hemorrágica o anóxica, produzca deterioro en múltiples funciones cognitivas al punto de interferir con la vida normal del paciente. Luego de la enfermedad de Alzheimer, la demencia vascular es la segunda causa más frecuente de deterioro intelectual en el anciano. A pesar de su frecuencia y de la sencillez de su definición, el diagnóstico de demencia vascular es dificil debido a la frecuente coexistencia de cambios degenerativos y enfermedad vascular en el cerebro de los ancianos, a la falta de uniformidad en los criterios diagnósticos y a la dificultad para precisar si un EVC es la causa de la demencia, es un factor agravante o si representa un hallazgo no relacionado con la misma (1).
Los requisitos básicos para el diagnóstico de demencia vascular son los siguientes: el paciente debe estar demente, debe existir evidencia de EVC demostrada por historia clínica, examen neurológico o neuroimagen y debe existir una razonable relación entre la demencia y el EVC (2). Existen varios criterios diagnósticos de demencia vascular, entre los que se destacan los criterios del DSM III-R, la escala isquémica de Hachinski (original o modificada), los criterios propuestos por el Centro de Diagnóstico y Tratamiento de la Enfermedad de Alzheimer (CDTEA) y los criterios propuestos por el NINDS/AIREN (3-7).